jueves, 29 de septiembre de 2011

Edad Media


La Edad Media, Medievo, Medioevo u obscurantismo es el periodo histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y XV d.C. Su comienzo se sitúa en el año 476 con la caída del imperio romano de Occidente y su fin con la caída del Imperio Bizantino y la Conquista de América.
La Edad Media, fue el periodo más largo de la historia el cual se extendió desde las invasiones  bárbaras hasta  la  caída de Constantinopla, es  decir, desde  los  siglos  IV  o V hasta el siglo XV aproximadamente.
Fue durante el Renacimiento cuando se desarrollaron el concepto y el término Edad Media. Se entendía por éste, un tiempo obscuro, de retroceso en muchos ámbitos.                      
Los renacentistas se creían los herederos de la antigüedad clásica, griega y latina, y si ellos eran los  herederos, los  que  habían  rescatado a los clásicos, esos diez siglos intermedios que los separaban, en realidad dividían dos épocas esplendorosas: la clásica y la renacentista.                                                                   
Después vinieron los historiadores de la ilustración, que creían ver en la Edad Media un fanatismo religioso, de atraso e intolerancia de lo que responsabilizaban a la iglesia.            
Más tarde, la corriente Marxista contribuyó a comprender mejor la estructura económica medieval, redujeron el estudio de la Edad Media a modo de producción feudal. Dejando de lado los demás aspectos de la vida medieval.
Lo que hoy día nosotros tenemos que tener claro, es que, la Edad Media se refiere geográfica, cultural y temporalmente al Viejo Continente y, en particular, a Europa Occidental, Oriental y la Península  Arábiga.  
Actualmente los historiadores prefieren matizar esta ruptura entre Antigüedad y Edad Media, como una gran etapa de transición en todos los ámbitos: en lo económico para la sustitución del modo de producción esclavista por el de producción feudal; en lo social, para la desaparición del concepto de ciudadanía romana y la definición de los estamentos medievales, en lo político para la descomposición de las estructuras centralizadas del  Imperio romano que dio paso a una dispersión del poder; y en lo ideológico y cultural para la absorción y sustitución de la cultura clásica por la teocéntrica cristiana o islámica cada una en su propio  espacio.
El imperio fue absorbido por los godos (visigodos y ostrogodos), francos, burgundios, vándalos, anglo sajones y suevos. Se formaron   nuevos territorios  que se conocen como  reinos bárbaros o germánicos, el latín se fusionó con la lengua romana y surgieron las lenguas romances.  Este  periodo de  formación abarca del siglo V  al VIII, durante el cual se dio un proceso de asimilación e integración entre bárbaros y romanos.
Los reinos no llegaron a formar estados fuertes, algunos tuvieron una vida corta y otros fueron conquistados por el emperador de la parte oriental del Imperio. 
Los reinos bárbaros eran militares, sus reyes  eran la máxima autoridad militar y administrativa. A excepción de los francos, en los otros reinos la asamblea que gobernaba junto con el rey, desapareció. La organización fiscal y el sistema monetario siguieron siendo romanos en los reinos del centro de Europa.
El ejército perdió toda su organización imperial y mantuvo su carácter germano.
Con el deterioro y el derrumbe de Roma desapareció un estado central, una organización
política, un sistema de administración con justicia y derecho. La única institución que se
mantuvo en pie fue la iglesia que resguardó un importante legado sobre el mundo que desaparecía.
 
Ésta fue, por ello, el centro de gravedad de la sociedad y el mundo medieval. Así, los reducidos ambientes intelectuales, la cultura  popular, las grandes catedrales, los libros, la
familia o los nuevos imperios, todo tenía que ver con la fe cristiana, motivo por el cual  casi  todo pasaba por el control de la iglesia. Sin embargo, esto no quiere decir que Europa fuese cristiana en su totalidad; convivían en ella cristianos, no cristianos y herejes.


RECAREDO Y LA CONVERSIÓN DE LOS VISIGODOS EN ESPAÑA

 
Era la iglesia católica la encargada de de la enseñanza, a través de sus escuelas catedralicias y monásticas, creció y se consolidó, de forma paulatina, gracias a dos elementos fundamentales. El papado y el monacato.                 
En el siglo V, el emperador Valentiniano estableció un edicto que en el mundo cristiano occidental, la sede romana, presidida por el Papa, era la más importante por ser heredada del apóstol San Pedro. Dicha autoridad por su origen divino estaba  por encima de cualquier monarca. Debido  a las concesiones del Imperio, la iglesia  ganó poder, mientras que  este se iba desvaneciendo; irónicamente  la iglesia cobraba fuerza y se colocaba por encima de las autoridades civiles acrecentando su poder político. Esto no quiere decir que el poder espiritual se impuso sobre el terrenal sin mayor problema aún cuando el emperador era cristiano  y reconocía plenamente el poder de la iglesia. Lo cierto es los dos poderes lograron  coexistieron respetando sus esferas de acción.

Tomando como modelo la organización administrativa romana, la Iglesia se dividió en provincias  y diócesis. Los Papas, considerados sucesores del apóstol San Pedro, y cabeza  de la iglesia, fijaron su residencia en Roma.
La autoridad religiosa contaba para asegurar su autoridad, con dos instrumentos: la Excomunión, por medio de la cual podía excluir de su seno a quienes no la obedecieran, y la Inquisición cuyos tribunales, realizaban  juicios a los sospechosos de herejías que eran condenados a penas atroces, como la muerte en la hoguera. Castigos que se aplicaron hasta su abolición, en los comienzos del siglo XIX.


Métodos de tortura: Los Reyes Católicos – Isabel y Fernando – fundaron en 1480 el Tribunal de la Santa Inquisición con la        
 autorización del papa Sixto IV. El Tribunal de la Santa Inquisición estaba integrado por varios eclesiásticos,   
 expertos conocedores del dogma y moral católicos.



El clero se dividía en secular y regular. El primero, formado en su mayoría por la aristocracia romana, dependía de un obispo.
Inserta en un sistema feudal, la misma Iglesia recibía feudos de nobles o del emperador, a los que debía rendir juramento de fidelidad, y permitírseles el nombramiento de obispos y párrocos.      
El segundo estaba formado por monjes, que vivían de acuerdo al monacato, una vida espiritual que los recluía en los monasterios, alejados de la vida mundana, bajo estrictas normas.
La  conformación  de  la  iglesia  era, un  obispo,  arzobispo  y  un sacerdote o párroco donde la máxima autoridad es el Papa. Organización  que hasta el presente sigue siendo la misma, adaptada a una nueva sociedad, con menos poder pero igual de manipuladora.

DETERMINACIÓN Y CELEBRACIÓN DE LOS SACRAMENTOS


Puesto que la desaparición del Imperio Occidental y las constantes invasiones germánicas causaron un  importante  retroceso cultural y científico en Europa, la labor de conservación, traducción y  enseñanza de las  órdenes  regulares  y  en general de la  iglesia, fue de vital importancia para el desarrollo de una nueva cultura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario